Mi Lugar Favorito


Mi Lugar Favorito

Era uno de esos días que el espíritu solicita mantenerse fuera del apartamento, y pide un esfuerzo para añadir vivencias a la vida.  Mi esposa tenía el mismo deseo.  El día comenzó con un desayuno juntos fuera del apartamento.  Sin plan alguno visitamos el cine, y como cosa del destino la película que nos interesaba comenzaba cinco minutos de llegar allí.  Nos adentramos al mundo tridimensional del joven mago que culminaba su odisea con un triunfo épico.

A la salida continuamos nuestro divagar por las calles de Panamá, aterrizando en el salón de belleza.  Y no fue mi esposa la que impulsó esta visita, sino mi necesidad de alimentar al barbero ya que lo tenía abandonado por mucho tiempo.  Este abandono estaba reflejado en el ejercicio de anarquía de practicaban los pelos en mi cabeza. Después de regresar el orden a mi cuero cabelludo, no teníamos idea de como prolongar nuestra escapada en nuestro domingo.

El problema radica en vivir como extranjero en el exterior, pues no se tiene una rutina de vida, sitios favoritos, círculo de amistades desarrollado y otras excusas para poner en otros la responsabilidad de ser proactivo en la búsqueda de actividades turísticas, culturales, deportivas y de enriquecimiento personal.  Es durante esta crisis existencial que recibimos la invitación de ir a una obra teatral, un musical, de un amigo.  Renuentemente acepté la invitación de asistir al musical, ya que noté un interés de parte de mi cónyuge.

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